domingo, 5 de octubre de 2008

¿Mala suerte o premeditación?

Como ya lo había comentado en un post anterior acerca de este pequeño que asesino su propio padre en Colombia es un tema el cual me puse a medio investigar y vi que el caso de Luis Santiago conmovió al país, pero los expertos muestran que Colombia es un país enfermo y que la cadena perpetua no es la manera de evitar que este suceso se vuelva a repetir.

Este bebe de 11 meses asesinado en Chía, que apareció sin descanso en los noticieros de la televisión colombiana, parecía preguntarle a Colombia entera “¿Por qué me mataron? ¿Por qué? Lamentablemente en Colombia han sido muchos los bebes asesinados (en este año Medicina legal da un reporte de 12 casos) y de ellos nadie ha dicho nada. En medio de esta avalancha mediática sobre este caso hay tres preguntas por resolver: ¿Qué pasa por la mente de una persona que, como su padre, fuese capaz de maquinar y ejecutar este crimen tan atroz? ¿Es un problema estrictamente sicológico de una mente criminal o hay algún ingrediente de la cultura del país en su comportamiento? ¿Qué tan enferma esta Colombia?

Claro está que este tipo de casos son de talla internacional, no son escasas las historias macabras, como la de una mujer de 28 años en Estados Unidos que mató a su hija de un mes de nacida en el horno microondas, o la austriaca que el año pasado asesino a sus cuatro hijos recién nacidos y los oculto en una nevera, o la alemana que, también el año pasado, asfixio a sus cinco hijos con bolsas plásticas. Como dice el psiquiatra José Posada “En Colombia ya es natural ser avión, vivo y aprovechar toda la papaya que dan”, el componente cultural también tiene su propio peso, según la antropóloga y estudiosa del maltrato intrafamiliar, Miryam Jimeno, los padres en Colombia, por tradición, usan la violencia como medio para corregir a sus hijos, a quienes consideran como su propiedad. “por eso tienen claro que en una mano deben tener el pan y en la otra el rejo”, esto justifica baños de agua fría, quemaduras y golpes que pueden resultar mortales. Yo creo que el caso de este pobre infante sirvió para sacudir al menos un poquito a este, un tanto degenerado, país. Ojala que la indignación perdure y no se trate de simples golpes de pecho, tres avemarías, un padre nuestro y que no sea un oportunismo mediático.

Otros bebes asesinados en Colombia

Karen Manuela, 2 años, Medellín.
Violada y apuñaleada por un adolescente de 16 años conocido de la familia.

María José, 15 meses, Barranquilla.
Murió en 2006, su madre y su padrastro la golpearon en la cabeza contra la pared hasta causarle la muerte.

Catherine, 9 años, Valle del Cauca.
Murió en 2004, secuestrada y asesinada.

Angie Brigit, 18 meses, Bogotá.
Murió en 2007, falleció por múltiples golpes y maltratos a los que la sometió su madre.

Valentina, 6 años, caldas.
Murió en 2007, la violaron, la torturaron y la arrojaron a un rio cuando aún vivía, como venganza de una mujer contra la pareja de su padre.

Christian Camilo, 3 años.
Murió en 2007, su madre lo alquilaba para que lo violaran, falleció por perforación del recto, se le encontraron astillas en los pulmones.

Mariana, 4 años.
Murió en 2007, fue degollada por su padre y dos hombres más que eran desmovilizados de las AUC, para no tener que pagar alimentos a la madre.

Carolina, 9 meses, Cesar.
Murió en 2007, el constante maltrato de sus padres le causo la muerte, al hospital llegó en avanzado estado de deshidratación y con hematomas y rasguños en el cuerpo.

Samuel y Santiago, 12 y 14 años, Putumayo.
Murieron en 2008, las Farc los asesinaron cuando sus madres se opusieron a que los reclutaran en la guerrilla.

Laura y Adriana, 7 y 8 años, Antioquia.
Murieron en 2008, su madre les disparo porque su esposo la abandonó, su hermana menos, de tres años, sobrevivió.

Jorge, 3 años, Bogotá.
Murió en 2006, su padre lo asfixio para no tener que entregarlo a Bienestar Familiar. Un año después intento matar a su otro hijo, de cinco años.

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